Pensamientos de los Santos sobre la Infancia de María

Pensamientos del P. Federico y de la M.Rosario
Amando el Rosario y haciendo oración, tendremos seguridad para sacrificarnos, para ser humildes y humillándonos conquistaremos muchas almas, que es lo que se necesita, conquistar muchas almas para salvarlas. (L.2, M.58, P.23)

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“Dios me había hecho pensar algo que debía hacer de mí un loco de Cristo, un grano de trigo arrojado a la tierra... para dar frutos"(P.Federico)

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Sean fieles a ese amor de Dios y al de la Divina Niña, ¿cómo? practicando la humildad, sembrando esa semilla de la Esclavitud en sus corazones"(M. Rosario)

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Todas nuestras acciones han de ser para Dios, por amor de Dios todos nuestros trabajos, y que hemos de estar en Dios, es decir endiosadas en Él teniendo presencia suya cons-tantemente" (M. Rosario).

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“La Esclavitud es: Humildad que desea el desprecio por Cristo. Obediencia que no conoce la propia voluntad. Sencillez que no conoce sino la recta intención. Espíritu de sacrificio que da la vida por Dios y por las almas. Generosidad que a todo renuncia y a sí mismo se da. Amor agradecido que se ofrece, se inmola y se hace UNO con Jesús en la Misa de cada día. (P.Federico)

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Comentario del P. Federico Salvador sobre la Eucaristía

Represéntate a Cristo Ntro. Señor en la noche de la Cena, radiante su rostro de amor unas veces, y otras con vivísima expresión de fortaleza, por la que dispone no sólo a ser sacrificado en la Cruz al día siguiente, sino también quiere darse nueva vida para ser sacrificado hasta la consumación de los siglos.

Pedir al Señor este espíritu de sacrificio.

La Eucaristía es la flor de la Encarnación, porque así como la flor coro­na el tallo que la engendra, nutre y sustenta, así la Eucaristía corona la En­carnación que la engendra, nutre y sustenta. La Eucaristía es de un modo espe­cial, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, fruto preciosísimo de la Encarnación. Y si como dicen algunos teólogos, en la Eucaristía adoramos la misma sangre dada por María y la misma carne formada por Ella y de Ella, de qué modo más directo podremos afirmar que la Eucaristía es la flor, esto es, como la última perfec­ción de la Encarnación.
Y si por lo que a nosotros toca, la Eucaristía es flor de la Encarnación en cuanto Jesús es modelo más consumado de la Esclavitud en su vi­da Eucarística que en la de hombre, también es verdad. Porque en primer lugar común entre todos los santos y doctores, que Jesús en el Sacramento se anonada más que como hombre; aquí oculta sólo su divinidad, allí también su humani­dad; como hombre es algo, pero como Eucaristía es accidente, casi nada, es a lo sumo de los ojos de la carne, cosa. )Cómo anonadarse más?.
)Y que diremos en cuanto a su obediencia? Allí si que se veri­fica que Dios mismo se sujeta a la voz de Dios, y se sujeta para ser sacrificado con el cuchillo de las divinas palabras de la Consagración.
Obedece siempre hasta la consumación de los siglos, en todo instante, porque a toda hora se está celebrando el Santo Sacrificio y se está dando la Sa­grada Comunión. - Obedece en todo lugar porque en toda la redondez de la tie­rra, se sacrifica el Cordero sin mancilla, la limpísima oblación agradable al Eterno Padre. Obedece a todos, justos y pecadores; de todos se deja llevar y traer, y todos lo pueden tratar con decoro o sin él. A la voz de todos los sacerdotes se verifica la Transustanciación; esto es, el milagro de los mila­gros, la maravilla de Dios por excelencia. Y a los hombres buenos y malos, ya lo traten con buenos o malos modos con justicia o con injusticia, a todos obedece sin la menor réplica.

Afectos.- Admirada está mi alma, Jesús mío, )qué más han podido hacer pa­ra determinarme a ser Esclavo? - (Señor, que yo aprenda a anonadarme!. - (Se­ñor, que yo aprenda a obedecer!. -

Propósito.- Ser esclavo de todos, siempre en todo lugar.

“Cantaré eternamente las misericordias del Señor”
(Salmo 89)

A.I.I.V. A.M.I.R.

 

A Ti Augusta Trinidad, amor misericordioso que con tu infinito poder y amor creaste el universo, en el que pusiste tu belleza para que todos los humanos la gozáramos; y pensaste en esta tu pequeña hija Leonor, para que naciera, viviera, gozara y te encontrara a Ti a través de cada criatura. GRACIAS.

Desde toda la eternidad, fui tu sueño y tu proyecto de salvación. GRACIAS, MI SEÑOR , y en mi vida, en mi pequeña historia, plasmaste tu Historia de Salvación.

Me llamaste a la vida, desde tu propia Vida y me moldeaste con tu infinito amor y belleza tierna y delicada. Me hiciste nacer en un pueblo dedicado a tu INMACULADA MADRE. La titular o Patrona de la parroquia de Pilcaya, Gro. (México) es LA INMACULADA CONCEPCIÓN y allí abriste mis ojos a tu luz el 16 de junio de 1936. GRACIAS, MI SEÑOR. Diste a mi madre el nombre de Concepción Espíndola Figueroa, cuyo onomástico se celebraba el 8 de diciembre.

Oficialmente me hiciste tu hija, por el Bautismo, el 9 de julio de 1936 y tu Espíritu se derramó nuevamente en mí por la confirmación el viernes 12 de abril del año 1940.

Mi mamá y mi papá Daniel Ocampo Hernández me formaron en una vida muy piadosa. Semilla de inclinación a Ti, que tú sembraste en mí desde toda la eternidad. El amor a Dios y a la Virgen María en algunas de sus advocaciones que de niña conocí, fue un tinte vital que aún perdura con más conciencia y desarrollo espiritual.

El año 1942 enviaste a mi pueblo natal a las Religiosas Esclavas de la Divina Infantita, dedicadas a la educación de la niñez. De inmediato mis padres me inscribieron para iniciar el 1° de primaria. Ellas continuaron la formación humana y religiosa iniciada en el hogar. ¡Benditas hermanas, a quienes quise muchísimo; ellas nos hicieron conocer y amar a la Divina Infantita!. Pronto hicieron que del pueblo nos consagrásemos como esclavos o esclavas de la Divina Infantita: señoras, señores, jóvenes y niños de ambos sexos.

Recuerdo con mucha claridad que un buen día surgió en mi interior esta divina necesidad: “Cuando sea grande, seré como ellas”. Estaba yo cursando el 2° de primaria, edad: 7 años.

Durante los años escolares 1942 a 1948 recuerdo que, necesariamente, teníamos que pasar por el atrio para entrar al colegio. Oportunidad para visitarte e ir delante de la Divina Infantita. Cuando ya me aprendí el último verso de la oración del DÍA OCHO, la rezaba con mucha frecuencia, delante de ti, mi Niña Inmaculada:

 

No me niegues, Gloria mía,
La inmensa dicha a que aspiro,
Por la que siempre suspiro,
Inmaculada María
Tú lo sabes, Madre pía
Tú adivinas lo que quiero
¡Qué me importa el mundo entero
Con su vanidad que acaba!
Lo que anhelo es ser tu esclava,
Y de tu amor eso espero.

 

A esa edad ¿qué podría yo entender de estas bellas y profundas palabras?... Pero llenaban mi corazón y seguí rezándola por mucho tiempo.

Junto con otras amigas y compañeras de colegio continuamos fomentando el deseo de ser religiosas.

El domingo 25 de febrero del año1951, a la edad de 14 años, Tú me escondiste en esta Santa Esclavitud en la que me admitió nuestra Madre Superiora Delegada, la R.M. Ma. del Sagrario Escalera Torres.

Tu amor misericordioso, tu perdón, tu lealtad, tu Espíritu, tu fortaleza, tu ternura y todo lo que has derramado en mí, lo sabes Tú mejor que yo. Cantaré eternamente las misericordias del Señor…

Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios, porque su amor no tiene límites… (Salmo 103).

Después de 8 años de espera, por motivos de estudios académicos y fallos personales, me concediste entrar al noviciado el 14 de agosto de 1959. ¡Qué hermosa etapa! ¡te me entregaste sin medida! Y me diste la capacidad de darme a Ti sin medida.

Por fin llegó la Primera Profesión religiosa, el 19 de enero de 1962; y los tan deseados votos perpetuos el 30 de mayo de 1967.

Inmaculada Niña, mi Madre y Maestra, con tu ternura y de tu mano he caminado contigo, llevándome y acercándome a Jesús, tu Hijo, el Hijo amado del Padre, y en Él, lo soy yo también. Gracias, Madre y Señora mía.

Rezo por todas las hermanas difuntas de la Congregación que viven ya en tu Amor, en tu Luz sin ocaso, en tu Vida eterna; y por las que viven acompañándome con su oración, orientación, testimonio de vida… por formadoras y superioras, que fueron y siguen siendo mediaciones tuyas en mi proceso de vida en la Esclavitud. Me han iniciado en la Esclavitud de la Divina Infantita, me han acompañado, impulsado, motivado, corregido, y me siguen

mostrando el camino de las Esclavas de la Inmaculada Niña, para que tu proyecto de salvación se vaya haciendo realidad en mí. Gracias por tu presencia en ellas y a través de ellas.

 

Fuente: www.divinainfantita.org

El P. Fundador toma el hábito de Esclavo de la Divina Infantita.

 

Llevaba el P. Fundador un mes exactamente desde la llegada de su segundo viaje a México, cuando quiso poner en firme los cimientos de la otra rama de la Obra de la Esclavitud, la Congregación de Esclavos de la Divina Infantita, en espera de la próxima llegada de su hermano Paco con algunos jóvenes españoles aspirantes a Esclavos. Él había pensado inicialmente que los Esclavos habrían de ser la primera rama de la Obra de la Esclavitud; pero, cronológicamente, fue la segunda.

Para poner los cimientos de la segunda rama, el día 8 de diciembre de 1902 tomó el hábito de Esclavo, cuatro años después, el día 13 de agosto de 1907, tomó el hábito de postulante en un acto celebrado en el Oratorio de Tacubaya; y al día siguiente, a última hora de la tarde, en el mismo Oratorio, tomó el hábito de novicio. Al día siguiente, fiesta de la Asunción de María, durante la Misa celebrada por el P. Patrocinio el P. Fundador hizo su profesión religiosa como Esclavo de la Divina Infantita. Como símbolo de su consagración a Dios, el P. Fundador recibió un anillo de oro que en su cara exterior tenía un corazón en relieve y en él esta inscripción: "Soy de la Divina Infanti¬ta"; y en su cara interior la inscripción: "José de la Divina Infantita", y un corazón con la fecha "15 de agosto 1907".

 

Todos estos actos no eran jurídicos en un sentido estricto, sino manifestacio¬nes del deseo ardiente de identificar¬se con la Obra de la Esclavitud; no tenían validez canónica alguna porque no había mediado el permiso de la autoridad eclesiás¬tica competente.

 

Desde el 30 de noviembre de 1904, el P. Fundador ya había empezado a firmar sus cartas como "José de la Divina Infantita, E.D.I.". Y el 25 de diciembre de ese mismo año hizo esta declaración formal:

 

"Yo Federico Salvador declaro que es mi firme y deliberada voluntad recibir por nombre en la Religión de "Esclavos de la Divina Infantita",
José de la Divina Infantita, E.D.I.".

 

Fuente:www.divinainfantita.org

“Dios te dio a ti la Divina Infantita”.

 

 

La Madre Fundadora “deliraba” por la Divina Infantita desde el momento mismo en que la contempló por primera vez en el convento de las Monjas de San José de Gracia del Distrito Federal; pero cuando tenía 20 años tuvo una experiencia carismática que la marcó para siempre, porque le dio a conocer cuál era realmente su verdadera identidad profunda; del mismo modo que otra experiencia carismática recibida el día del Buen Pastor de 1895, marcará también definitivamente toda la existencia del P. Fundador, porque en ella comprendió también su identidad más íntima

  

Fue en el vigésimo cumpleaños de Rosarito, cuando la M. Guadalupe de San Lorenzo, Vicaria de las mencionadas monjas de San José de Gracia, M. Guadalupe de San Lorenzo, le regaló una imagencita de la Divina Infantita que, “por fea y desnudita”, tenían postergada en un armario. Y fue esta imagencita que podríamos considerar como “anonadada”, “despreciada”; es decir, una imagen sin valor, una “imagen de tantas”, la que le “robó el corazón y todos sus afectos”; y de esta “imagen cualquiera” se sirvió el Espíritu Santo para imprimir en el alma de la Madre Fundadora una nueva identidad.

Al contacto con esta imagen, Rosarito empezó a advertir cómo en lo más profundo de su espíritu se despertaban sentimientos e ideales que habían estado allí ocultos y remansados, pero que constituían realmente la definición más profunda de su propio ser.

Desde ese momento Rosarito se contemplaba a sí misma y contemplaba toda la realidad creada por Dios de una manera nueva. El Espíritu le dio unos ojos nuevos, una fuerza nueva para penetrar la profundidad de todas las cosas; y esa fuerza no era otra que la Infancia espiritual, que para ella se convertía, desde aquel mismo momento, en una actitud de espíritu conforme a la cual, es preciso morir a todo; y en silencio, en respeto, en inocencia, en pureza y sencillez de corazón, esperar y recibir la voluntad de Dios; y vivir día a día en abandono total, sin mirar ni hacia atrás ni hacia adelante para, a imitación de la Divina Infantita desde el primer instante de su ser, unirse al Cristo radicalmente anonadado del Evangelio, que se hizo puro vacío de sí mismo para llenarse plenamente de la voluntad del Padre.

Aquella Imagen de la Divina Infantita, rechazada por fea, fue el despertador de las ocultas fuerzas, del oculto carisma que el Espíritu Santo había depositado en el corazón de Rosarito, y que definían desde lo más íntimo de su ser su identidad profunda de mujer, de cristiana, y de elegida por Dios para hacer una nueva lectura en la Iglesia de una página del Evangelio, especialmente necesaria en aquel final del siglo XIX.

 

 Fuente: www.divinainfantita.org

Espiritualidad de las Esclavas y Esclavos de la Inmaculada Niña

La espiritualidad en las Esclavas de la Inmaculada Niña implica una llamada de Cristo;

es gracia de Cristo; es vida en el Espíritu, que penetró profundamente todo el entramado

de la vida y de la misión de los fundadores; y esa gracia de Cristo y esa vida en el

Espíritu han de penetrar también, no menos profundamente, toda la pluriforme red

de relaciones de la vida de cada esclava en particular y de toda la Congregación

en cuanto tal, a fin de convertir sus acciones más triviales de cada día en una verdadera

historia de salvación. Se trata de una vida en el espíritu que crece, se desarrolla en el

tiempo y en el espacio; y que, por consiguiente, está estrechamente vinculada con

la historicidad, cuyas coordenadas son precisamente el tiempo y el espacio.

La espiritualidad EIN, al contrario que el carisma EIN, se puede transmitir, en cuanto

que fue la respuesta de los fundadores a la iniciativa divina; y esta respuesta se

convirtió en prototipo de la respuesta que cada EIN, y de todas como Congregación,

han dado a la iniciativa de Dios sobre ellas; siempre bajo la iluminación del Espíritu Santo.

Por todo lo dicho, la espiritualidad EIN podría definirse como el conjunto de reacciones y

de expresiones personales y comunitarias que visibilizan las inspiraciones y convicciones

de las EIN frente a Dios, frente a los hermanos y frente a las cosas. La espiritualidad EIN

tiene un punto de referencia concreto desde el cual se vive todo el misterio cristiano,

pero no son ellas quienes lo consiguen por sí mismas, sino que Dios las ha convocado

por pura gratuidad para que vivan únicamente desde ese centro:

“Dios nos escogió para darnos a la
Inmaculada Niña y que en nuestras
manos naciera la Esclavitud….(MF)